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Django Reinhardt Guitarra | Stephan Grapelli Violín
El jazz norteamericano fascinó desde sus inicios a las vanguardias culturales europeas, cautivando a músicos clásicos como
Debussy y Ravel, a escritores como
Herman Hesse y
Boris Vian, y a pintores como
Matisse y
Dubuffet.
Pero tuvo que ser un gitano belga analfabeto,
Django Reinhardt (1910-1953), el primero y más importante de los músico europeos capaz de crear un estilo propio e influir en los
jazzmen norteamericanos.
Su conjunto más famoso, el quinteto de cuerda
Hot Club de France, fue fundado en 1934 con
Reinhardt y el violinista
Stephan Grapelli, que le sobrevivió varias décadas y era el contrapunto perfecto del guitarrista, por su esmerada formación clásica y sus orígenes acomodados. El
Hot Club era un quinteto sólo de cuerdas con tres guitarras, violín y contrabajo.
La música de
Django es el resultado del encuentro entre la herencia gitana y el jazz de los años 30, ambos folclores nacidos en guetos situados al margen de las culturas oficiales. Poseedor de una técnica autodidacta (a la que contribuyó la incapacitación de su mano izquierda, ya que había perdido a los 18 años varios dedos en un incendio de su carromato)
Django dominaba su instrumento a través de un enfoque totalmente original. Virtuoso, improvisador inagotable, estaba dotado del sentido del swing tanto en sus melodías como en la percusión de sus acordes.
Se cuentan numerosas anécdotas sobre este bohemio impenitente y despilfarrador, que repartía su tiempo además entre el billar, la pintura y la pesca con mosca (a la que dedicó el tema
Pêche à la mouche). Por ejemplo, que llegó tarde a un concierto con
Duke Ellington en el
Carnegie Hall y no llegó en absoluto al segundo.
El gitano belga resistió a la ocupación alemana, cuando los nazis consideraban el jazz un “arte degenerado”. Pero por desgracia murió de repente demasiado joven, en 1953, dejando el legado de su música imperecedera.
Woody Allen evocó a
Django en la película “
Acordes y desacuerdos” (1999), interpretada por
Sean Penn.
En la actualidad y en todo el mundo sólo unos pocos músicos entusiastas recrean esta música insuperable, y
En ViBop tiene la satisfacción de presentar en Soria a la formación con más talento para transportarnos a aquellos clubs del Paris de entreguerras donde el swing más contagioso y cálido se aliaba con un lirismo intimista y altamente emotivo.